Cuando Leonard Cohen llegó a Nueva York, ya era un poeta consagrado en Canadá. Ahí conoció a Allen Gingsberg, a Bob Dylan, a Nico, y a Janis Japlin, de quien fue amante.
Esta canción es un homenaje para ella. La primera versión es del propio Cohen y la segunda es de Rufus Wainwright, quien estuvo hace poco en Austin, a ver que les parece.
4 comentarios:
Diferentes maneras de expresar el desgarramiento. Leonard Cohen está tan desolado, sin fuerzas, derrotado, cuando sabes que ya no está. Rufus Wainwright pareciera cantarle a ella, ella todavía allí, quisiera una respuesta. Los dos intensos.
No sabría cual escoger, sería la ocasión quien lo hiciera.
Un saludo
Me encanta su percepción de las dos interpretaciones, así me parecen ambos. Me parece que a Cohen sí le pudo la ausencia de Janis: Después de ser todo un poeta formal y bien vestido, se dio a las drogas primero y luego intentó meterse de monje --de hecho, fue ordenado como monje budista--, es decir, que tuvo que lidiar con su sufrimiento de una forma más visceral, más cruda.
Rufus es un artista, un cantante que sabe manifestar también la pena del autor pero de una forma más jovial, menos patética. En fin, Cohen mismo ya ha declarado que le pareció una imprudencia confesarle a un periodista lo que después ya no pudo negar ni siquiera él en público.
¿Cuántos pueden tener el placer de haber conocido a esa chica y, más aún, el honor de estar con ella?
No fue mi intensión tratarte de usted, fue un error de dedo al teclear el "su" en "Me encanta tu percepción...".
Saludos Alba
Pensé que nos habíamos puesto formales, de etiqueta, jeje
Saludos
Publicar un comentario