jueves, 4 de diciembre de 2008

Un arma apuntada hacia el cielo

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Mientras hoy miraba el atardecer desde el tercer piso de la Biblioteca Central de Austin, recalqué en que desde que llegué a esta ciudad, en diciembre de 2005, han construido dos enormes edificios.

Desde donde estoy obstruyen la vista que antes tenía hacia el río, contradictoriamente llamado Lake Shore (Orilla del lago). El Lake Shore es en realidad una extensión del río Colorado.

Uno de esos edificios parece una pistola plateada apuntando hacia el cielo. El otro posee una arquitectura por demás trivial. Más bien se asemeja a un hotel. Aunque de hecho no lo es. Esos edificios están ahí. Cortan de algún modo la mirada hacia el horizonte. Y simbolizan de alguna forma un orden. Pero también un desorden. Un no sé qué de paisaje artificial. Herido ya. Como en una especie de requiém de la era moderna.

Es probable que alguien que haya descubierto por primera vez, en el viejo horizonte maya, la pirámide de Chichen-itzá, haya experimentado lo mismo que yo ahora. Es elocuente la enormidad de esa estructura y su novedosa arquitectura. Pero también es un obstáculo.

La pirámide de Kukulkán fue abandonada y quizás estos edificios sean abandonados en unos quinientos años. Si no es que son demolidos antes por el tiempo y la erosión.

Sólo espero que la mirada humana siga estándo ahí. Protestándo por otro inservible edificio más que obstruya la mirada hacia el horizonte.

4 comentarios:

albalpha dijo...

Yo estoy protestando por una unorme M de Movistar que atraviesa el cielo desde mi ventana. Por lo menos el único edificio visible no es muy alto pero esa M irrumpe mi contemplación del cielo.

La cita de Salman Rushdie es muy cierta. He venido a caer en la cuenta del porqué de ciertos malentendidos.

El rock ha surtido efecto.

Saludos

Alba

Unknown dijo...

Más hacia la izquierda, descubrí después otro edificio más en el que no había reparado porque no obstruye mi vista desde donde estoy, pero que se lo haría si cambiara mi posición.

Hace un año presencié la destrucción del armazón de un edificio que decidieron derrumbar. Pero antes, un grupo de danza organizó un espectáculo en el esqueleto de hormigon y acero --la obra negra-- que se iba a destruir. El performance fue algo muy simbólico, porque le llamaron Requiém.

El arte también puede servir para espantar a los fantasmas de la decadencia.

Un saludo,

albalpha dijo...

Lo que obstruye o forma parte de nuestra vista... una pistola y el arte como salvación.

Un saludo

Alba

Unknown dijo...

Sí, sí, bien dicho: "el arte como salvación".