martes, 10 de mayo de 2011

Obama y Osama

A propósito, el día que me enteré de la muerte de Osama Bin Laden, a través de un cable de la radio a las tres y media de la mañana (sí, a esas horas suelo estar despierto muchas veces), me prohibí comprar siquiera uno sólo de los periódicos que aparecieron esa misma mañana con enormes letras en primeras planas: Osama killed.


Sabía que ninguna de las declaraciones que se hicieran ahí me sorprendería en absoluto y, hasta ahora, una semana después, continuan sin hacerlo. Detesto la retórica en que pueden caer los medios de comunicación; lo que ocultan trás de lo que dicen y lo que dicen cuando intentan ocultar algo.


Osama estaba muerto desde hace diez años, no físicamente, claro; el líder afgano firmó su sentencia de muerte de un modo definitivo el día que admitió ser el genio maligno detrás del ataque a las Torres Gemelas en Nueva York, el 11 de septiembre del 2001. Su cabeza tenía un precio político, económico y moral para los Estados Unidos. Y es conocido que el que a hierro mata, a hierro muere.


El lugar donde fue encontrado --- nada parecido a la ratonera donde se escondió Sadam Hussein--- me recuerda un poco al cuento magistral de La Carta Robada de Edgar Alan Poe. Tan cerca y tan a la mano que se vuelve invisible lo que se busca. Pero al final la "carta" de Osama recibió un balazo en la parte izquierda de su cabeza.


Se ha armado una polémica sobre el hecho de que el gobierno de los Estados Unidos se negó a publicar fotos del cadáver de Osama. ¿No fue acaso algo de mal gusto y graficamente brutal la fotografía del Che asesinado, exhibido a la prensa como un animal de presa? Por supuesto que Osama y el Che no son la misma cosa, aunque sus muertes presentan el mismo aspecto de un acto de violencia de un país contra un individuo.


El presidente Obama hizo referencia a este asunto afirmando que las fofografías de esos actos no deben presentarse para exhibir seres humanos como trofeos de cazería y es algo con lo que estoy personal y absolutamente de acuerdo.


Muy probablemente la muerte de Osama ayude a Obama a reelegirse como presidente, y los festejos de los hipócritas cristianos no se han hecho esperar.

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