La consciencia del Arte
Escrito el 12 de Septiembre, 2012
Cuando los alemanes bombardearon España en 1937, un
artista respondió con una pintura que se convirtió en un símbolo contra la crueldad y
la violencia, El Guernica.
Ayer, un estúpido film producido por un puñado de actores amateurs fue
un absurdo pretexto para que un grupo de musulmanes extremistas asesinaran a varios
empleados de la embajada estadounidense y al propio embajador de Estados
Unidos, en Libia. No puedo elogiar una obra idiota y sinsentido, pero sobre
todo condeno cualquier acto de violencia que sea perpetrado contra la libre
expresión humana, tan absurda como pueda ser. Las consecuencias de este hecho,
como ya se han visto, harán derramar más sangre; porque tal parece que la
reacción común y corriente, ante actos provocativos y estúpidos, no es la
congruencia ni la imaginación, mismos que darían resultados más razonables y
objetivos —o sanamente subjetivos—, como
una obra de arte, o una crítica severa que pusiera en evidencia la idiotez de
una película. Ignorarla sería muchas veces incluso una consecuencia más encomiable.
Lo que me interesa destacar aquí son los distintos
niveles de consciencia que nos hacen reaccionar frente a un hecho determinado,
por un lado, una obra de arte y, por el otro, un ataque cobarde.
Cuál de estas dos opciones prevalecerá más, me
pregunto.
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