viernes, 19 de septiembre de 2008

Todos tenemos un corazón hambriento

Y
Cuando a finales de los 70´s la música parecía divagar entre la Disco, el Punk y el viaje de regreso --o regresión-- a los 50´s, Bruce Springsteen vino a darle una nueva dirección al Rock & Roll. El Jefe, como lo llaman en Estados Unidos, es un músico que siempre he admirado por su vitalidad y espléndida conexión con las masas; las letras de sus canciones, simples y directas, rayan entre el romanticismo y la flagelación social del alma en el mundo moderno, atormentado por la lucha de clases y el afán de sobrevivir en una sociedad que cada vez ignora más a los individuos.

Si la escritora francesa Marguerite Yourcenar (Memorias de Adriano) contaba que ella prefería escuchar a Bod Dylan que leer a Shakespeare, por qué no confesar a titulo personal que cuando llegué a Estados Unidos, a principios de los 90´s, practicaba mi inglés entre traducciones de Lord Alfred Tennyson, Walt Whitman y Bruce Springsteen, pa´qué más que la verdad.

Quiero dedicar esta canción a mi hermana Adriana, quien cumplió años el 26 de agosto y que por andar de viaje me fue imposible poner a tiempo.


2 comentarios:

albalpha dijo...

Vueltas inesperadas, la vida siempre sorprendiéndonos.

Saludos
Alba

Unknown dijo...

Lo inesperado a veces son las vueltas, pero la vida siempre tendrá que ser una sorpresa.

Un abrazo,

TC