...Empero a mí no me gustaba la música de los Beatles. Creo que ya dije en otra ocasión que prefería otra clase de música y otras bandas. Pero un buen día —cuando yo tenía trece años, más o menos— llegó mi hermana Rebeca con un disco, Pues que me lo prestó mi amiga Ana Rosa. Se trataba de Rubber Soul (Alma de Hule) y yo dije Pues presta pá la orquesta, y vamos a escucharlo. Llegó la canción Hombre de Ninguna Parte. No entendí nada, estaba en inglés. Quiero decir “no entendí” el significado de la letra, porque de ahí en adelante todo cambió. Luego siguió Corre por tu vida, En mi vida, Mirando a través de ti, La palabra (que es un gérmen ya de lo que más tarde sería Todo lo que necesitas es amor) y todas las otras. Pero aquella canción en particular transformó mi noción musical de la vida. Fue una locura de ahí pá lante.
Me parece que fue el pintor Paul Klee quién dijo que cuando no sabía lo que estaba haciendo cuando pintaba era cuando en realidad estaba haciendo algo. Así era con los Beatles, no creo que ni ellos mismos comprendían por ese entonces qué estaban haciendo. Analizando más detenidamente su música me doy cuenta de ello, sus variaciones armónicas quedan muchas veces sin resolución, aunque tomaban ritmos de aquí y allá, improvisaban, y llegaban momentos que no sabían por dónde seguir, e incluso llegan a sonar fuera de tono. Pero de esto casi nadie se da cuenta precisamente por lo novedoso de esos ritmos que estaban creando y que darían paso a la formación de tantos sonidos nuevos que nos llegarían a partir de los 70´s.
No sé a ustedes pero hoy me sigue pareciendo una canción genial.
"Hombre de ninguna parte...No te preocupes...No te apresures... deja que alguien te extienda una mano...
¿No nos parecemos acaso tú y yo un poco a él?".
2 comentarios:
Si nos parecemos un poco.
Ya de regreso con energía renovada pero sin fotos. No iba en plan turístico pero acabé lamentando no llevar cámara porque mi hermana adoptó el papel de promotora turistica (es buena, debería trabajar en ello) y me condujo tanto por los recuerdos como por las novedades.
Saludos
Bienllegada, dondequiera que estés. Pero no olvides que cada forma de regreso es un irse de algún lado también. Yo no me lamentaría por no llevar cámara fotográfica si has estado ahí: tú mente y tus ojos son la más extraordinaria cámara que podrías haber llevado. Y veo a tu hermana como una Ariadna que te ha conducido por ese laberinto que llamamos pasado, debes considerarte afortunada. Ah, los recuerdos, siempre llegan como una novedad, mientras que muchas novedades envejecen muy rápido.
Saludos
Publicar un comentario