Vi —hasta hace apenas unas semanas— Quantum of Solace, la última película de uno de los héroes de las frías guerras del Siglo XX, James Bond. Mi única sorpresa fue no encontrarme con ninguna sorpresa.
Las clásicas escenas de persecución a toda velocidad de carros y lanchas parecen ser de cajón y repetirse una y otra vez en esta saga. Eché de menos los curiosos inventos que hacían la delicia de muchos: la pluma con rayo láser, el carro que se transformaba en un submarino, el reloj de pulsera que en verdad es una bomba o una cámara fotográfica, etc.… (Aunque la supercomputadora digital que aparece en la película sea en realidad un fenómeno tecnológico que no pongo en duda exista, al menos como proyecto, ya se ha intentado antes en alguna otra película).
Ya nos habíamos percatado, desde su primera aparición como James Bond, que Daniel Craig es un 007 más tozudo y —aunque el güisqui siempre ha rolado en estas series— también da la impresión de ser más alcohólico, menos cogelón; uno siempre tenía la impresión de que si Bond no estaba en la persecución de algún mafioso y archienemigo, lo encontraríamos en la cama con alguna super modelo; ésta conducta pertenece al instinto de sobrevivencia del héroe; como sabe que puede morir en cualquier rato, responde a la urgencia de querer reproducirse lo antes posible, lo más posible, y lo mejor posible. Aunque no falta aquí la escena erótica con la chica Bond, que acaba casi siempre mal, ya no recubierta en un líquido dorado, sino en chapopote, creando en él la ira y el deseo de venganza, sin importar que sea a título personal, o haya sido despedido temporalmente de su cargo por pasársele la mano con sus propios compañeros, lo cual en cierto modo es una treta para volverlo invisible por un tiempo.
Mi escena preferida de esta cinta cinematográfica es el descenso del andamio, fantásticamente bien lograda por el equipo técnico y el director. La caída del avión y el salto a último minuto es menos creíble, pero uno tiene que pensar que así ha tenido que ser, porque el héroe no puede morir y tiene que salir ileso, o casi; no obstante, lo que me gusta de este Bond, suficientemente bien interpretado por Craig, es que es más humano, quiero decir que a pesar de ser un super agente, con licencia para matar y vivir a su antojo, posee todas las características de un animal humano y es a su vez más vulnerable. Es elegante, pero su fortaleza también es más creíble que la del flacucho y estilizado Roger Moore. Y, comparado con las madrizas que recibe Craig, en realidad son risibles por las que tuvo que pasar el Bond de Sean Connery.
No sé si ustedes lo notaron, pero una de las impresiones que tuve es que la temática que se maneja en esta última entrega visual del famoso libro de Ian Fleming, pertenece a uno de los temas en boga en nuestros días, velados pero no ignorados, aunque nadie lo diga expresamente: que no vivimos en un tiempo de tiranos sino de traidores, y, por lo mismo, uno ya no sabe ni en quién confiar. La seguridad del Servicio Secreto Británico incluso se ve infiltrada por el espionaje, secreto también, y a su vez más mercenario e implacable.
“¿Regresarás?”, le pregunta su jefa.
“Nunca me fui”, responde James Bond.
Tal parece que seguiremos teniendo más cero cero sietes para rato.
Pero la película que realmente espero con ansias es Ángeles y Demonios, una adaptación de la novela de Dan Brown sobre la secta religiosa de los Illuminati, es una especie de segunda parte del Código Da Vinci, en cierto modo, y se estrenará en mayo de este año teniendo en el papel estelar a Tom Hanks nuevamente. Aunque Brown no es el único que ha tomado el tema, su novela es verdaderamente entretenida y espero que el film también lo sea.
3 comentarios:
Ante tanta traición no es de extrañar que este Bond sea más ríspido pero finalmente confiable. Parte del sello de los anteriores es ser encantadores pero aunque para algunos es más fácil sostener esa fachada a otros se les complica. Me gusta que haya diferentes interpretaciones de Bond, diferentes formas de reaccionar. Lo que si se extrañan son los juguetes que son parte fundamental de él, además de las mujeres claro.
Un abrazo
Alba
Me parece que esta pelicula del 007 es una de las peores.
Mas preocupados por los efectos visuales que por la trama. Sin nada de sorpresas y un final bastante soso.
Ademas que este James Bond no acaba de gustarme.
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