miércoles, 25 de febrero de 2009

Los Reyes Gitanos

Uno de mis primeros trabajos en Estados Unidos fue con una familia persa que vendía alfombras, no mágicas, pero casi.

Algunas veces viajabamos de una ciudad a otra, por ejemplo, de Memphis a Kentucky, rentabamos una galería y montabamos un show de alfombras por un par de días o más. Esos viajes gitanos de un lugar a otro podían durar dos horas; pues bien, a uno de esos iraníes le gustaba mucho la música de los Gypsy Kings y la solía tocar mientras manejaba en carretera y platicabamos de nuestros respectivos países. Yo jamás había estado en Irán y él nunca había viajado a México, así que nuestras conversaciones eran muy entretenidas y amenas.

Lo curioso, aunque no raro, es que yo no conocía a los Gypsy Kings hasta que los escuché por primera vez en el carro de mi amigo Afshín.

Imagínense a un persa y a un mexicano en una carretera, con el auto cargado de alfombras mágicas, y en el aire la música de estos gitanos, a quienes, a pesar de cantar en "español", no siempre me ha sido posible entender lo que dicen, pero su música puede ser muy disfrutable y amena. Aquí están.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El primer trabajo que tuve en Francia fue alquilando bicicletas en un parque y lo hice con dos iraníes, dos camarógrafos de la televisión iraní que habían huído el régimen del Ayatolah Khomeiny. Tu post me devolvió el nombre de Fariborz que así se llamaba uno de ellos y hubiera podido vender alfombras mágicas con un mexicano en los USA. Las bicicletas no volaban pero sí nos permitieron comer bien y eso ya era mucho viaje!
Un saludo

Unknown dijo...

Recuerdo que Afshín --un tipo curioso que hablaba un inglés casi perfecto y sin acento--, quien vivía con un lobo, tenía colgado en la pared de su sala un retrato del Sha.

También esas alfombras nos daban para comer y sobrevivir a mí y a otro mexicano, de ahí mi referencia a que eran casi mágicas.

Me pregunto si aún vives en Francia.

Saludos.

albalpha dijo...

Tampoco los entiendo completamente pero con un poco de imaginación completa uno el resto. Dan ganas de bailar, bueno por lo menos alegran el alma y en ese plan estoy.

Saludos

Alba