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He notado que me disgusta hablar sobre la muerte de un ser querido, en el funeral de mi madre, por ejemplo, no fui capaz de pronunciar una sola palabra. Pero, inevitablemente, la ausencia física de una persona se torna presencia espiritual tarde o temprano, entonces se hace necesario hablar, convertir en apología lo que su vida nos brindó. Nada nos devuelve y enfrenta ya a los que se van sino lo que nos dejaron, sus enseñanzas, su obra, su imagen, etc. Nadie regresa tal cual después de la muerte; se es otro; por eso quizás antiguamente se creía, o sabía, que morir era cruzar un río. A mí me perturbaría tal vez, volver a ver a mi madre sin la apariencia de mi madre, aunque eso lo pienso ahora que existo, lo digo como este ser vivo con la apariencia que ella me ha dado y quien la reclama tal y como la conocí, con el cuerpo que me abrazó y cuidó.
Para no salirme por la tangente, diré que con la muerte de Michael Jackson se ha terminado una época en la música moderna; él no la fundó pero sí fue su suma y ápice. Hijo de la música negra y el rock & roll, no podemos concebir su mejor etapa sin la música disco o el funk tampoco, a quien tanto les debe. Creó un estilo inimitable que muchos trataron de imitar vana y ciegamente hasta el cansancio. En mi adolescencia me molestaba sobremanera que una infinidad de muchachos, carentes de una personalidad propia, intentaran parecerse a él; mismo peinado, misma manera de vestirse y bailar, etc. Quizás esa horrenda imitación de tantos lo llevó finalmente a no querer parecerse a sí mismo. Como negro, quiso ser blanco pero su alma de raza negra jamás lo abandonó, no se puede cambiar el color de nuestra alma, por mucho dinero que poseamos. Sus pasos de baile no fueron nada nuevo pero poseían la autenticidad y elasticidad que muy pocos tuvieron. Le debía a James Brown, al breakdance, a Adalberto Martinez Resortes, a Charles Chaplin, al mismo Elvis Presley, y, como ellos, consangró incluso hasta el final su vida a entretenernos, a regalarnos con su arte para hacer de nuestra vida algo menos abrumador y patético. He tenido la oportunidad de ver algunos ensayos del concierto que estaba preparando y se nota que se preparaba agotadoramente para mostrarnos algo nuevo, pero esa búsqueda artística también lo agotó y agotó su corazón, ya débil por tanto antibiótico y painkillers.
Al morir, murió su máscara pero no su persona. Lo queremos así como lo conocimos y si vuelve lo querremos el mismo; pero ¿quién lo sabrá?,
vaya, ¿quién se acuerda del destino de Lázaro después de despertar?
descansa en paz
6 comentarios:
Tengo casi una hora leyendo tu blog. Este último termina de convencerme, en la afinidad, para dejarte mis saludos desde Venezuela. Debo decirte que tus poemas a Netzah tuvieron la virtud de volverme a la ciudad que conocí y caminé caminé en los mediados 70.
saludos pues, y gracias.
Gracias reynaxiomara...agradezco la visita y el tiempo inmerecido que has dedicado a este blog y a los poemas...mi relación con mi ciudad es también algo mágico; incluso habiendo nacido y crecido ahí, a principios de los noventas caminaba también por ella como si se tratase de otra ciudad. Un día subí al bosque de Chapultepec y tuve la impresión, sin saberlo, de que no volvería a verla así sino hasta dentro de mucho tiempo. Dicho y hecho, salí días después para no regresar hasta después de diez años, que fue cuando escribí las odas.
Nuevamente gracias por la visita y a mí me encantaría también visitar tu blog o invitarte a formar parte de mis amigos en Facebook.
Hay un cariño muy especial que siempre me ha unido al pueblo de Venezuela, tierra de Bolívar; ese Arauca vibrador, hermano de la espuma, de las garzas, las rosas y del sol...
Mil saludos
Muy buen homenaje que le has hecho a este artista. Geacias. saludos.
MH
Oye tal ves no te has dado cuenta pero los videos te tapan las letras. a ver si lo arreglas.
Saludos
A mi no me disgusta hablar sencillamente no puedo hacerlo hasta que pasa el tiempo. He aprendido a hacerlo.
Tus palabras para Michael son hermosas.
Saludos
Alba
Alba, ya habrás notado que escribí la palabra "disgusta" en cursiva, precisamente porque el "disgusto" no es un mera incomodidad de mensionar el fallecimiento de alguien con respeto, sino un rechazo al mismo hecho de que ocurra, como una forma de querer negarlo, y sí, también tengo que dejar pasar algún tiempo para asimilarlo, como en el caso de mi madre, que nisiquiera me atrevía a decir que había muerto, en fin, cosas estúpidas y sentimentales de uno, nada más.
Saludos a todos
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