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Mi primer maestro de música en Memphis, Glen McFarland, fue alumno de un discípulo del virtuoso guitarrista Andrés Segovia; lo que me hace algo así como un discípulo del discípulo de otro discípulo de aquel señor...je, je. Pero no es eso lo que me hace creerme el muy muy.Recuerdo que Glen tenía una foto de Baudelaire en su cubículo y otra de Rimbaud, esto dio pie para que pasaramos horas conversando sobre literatura y se creara entre ambos una buena amistad más allá de alumno-maestro. Él leyó también con paciencia e interés mis primeros poemas en inglés. Ambos llegamos a grabar dos canciones en estudio juntos, una de Santana donde canté y otra de Nirvana donde toqué e hice coros.
En fin, las clases de Glen, con sus uñas largas y mugrosas, pero que tenían la virtud de crear un sonido limpio y con mucha técnica, estaban impregnadas de una buena parte de teoría musical, de la que al principio yo renegaba porque era el típico alumno que quería aprenderlo todo ya y de una buena vez, a la primera clase. Sin darme cuenta en ese entonces, esa teoría me hizo ser capaz hoy en día, por ejemplo, de poder escuchar una sinfonía y distinguir el sonido de cada instrumento por separado.
Total que, siendo un joven lleno de rock y de hambre de blues, le pedí a Glen que me enseñara a tocar ese ritmo negro creado precisamente ahí, a orillas del río Mississippi.
No se sorprendió que un día le pidiera --junto a alguna rola clásica de Falla que intentaba enseñarme-- me mostrará cómo tocar Boom boom boom boom; y lo hizo sin sorprenderse en lo más mínimo.
Aquí está.
2 comentarios:
Dylan y John lee Hooker... ¿qué hace en medio de semejantes joyas Alizee? Pero bueno, a todos nos pueden ocurrir cosas así!
Leo, alguien me la sugirió, fue coincidencia porque yo no la conocía en absoluto. Tal vez lo hice por otras razones, me pareció simplemente "cute". En este video me parece una mujer bella, nada más. Ah, ¿pero en qué estaba pensando, verdad?
Saludos
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