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Esta es la canción de Bob Dylan que más le gusta a mi hija Naomi, es una obra maestra, o, mejor dicho, una chingonería. Aquí la interpreta con Joan Baez.
Tu aliento es dulce
Tus ojos son como dos joyas en el cielo
Tu espalda es estrecha, tu cabello es suave
En la almohada en que descansa.
Pero no percibo ningún afecto
Tampoco gratitud ni amor
Tu lealtad no me pertenece a mí
Sino a las estrellas que miras arriba.
Otra taza de café para el camino
Dame otra taza de café antes de que vaya
al Valle allá abajo.
A tu papito lo anda persiguiendo la ley
y ha hecho de su fuga una profesión.
Te enseñó a cosechar, a elegir,
Y te dijo como se maneja una navaja
Él vigila su reino
Para que ningún extraño penetre en él
Su voz tiembla mientras pide
otro plato de comida
Otra taza de café...
Tu hermana ve el futuro
Como tu madre y tú misma
Aunque nunca aprendiste a leer o a escribir
No hay libros en tus estantes
Y tu placer no conoce límites
Tu voz es un gorrioncillo pecho amarillo
Pero tu corazón es como un acéano
Misterioso y obscuro
Otra taza de café para el camino
Dame otra taza de café antes de que vaya
Al Valle de allá abajo
La traducción es de Tonatiuh Catalá
2 comentarios:
oye, ¿cómo es que en una nota anterior hablas de nada de chingonerías y aquí dices que esta canción sí lo es?
Es que el maestro Dylan sí puede permitirse esa clase de chingonerías.
Saludos
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