
El jueves 11 de marzo de este año, 2010, publiqué aquí en este blog un artículo que titulé El Titanic Mexicano. Escrito más de cinco años antes, en el 2004, como parte de mis reflexiones sobre México, decidí compartirlo con ustedes en esa ocasión. Cuál fue mi sorpresa que el viernes pasado, 6 de agosto, el escritor Jorge Camil escribió un artículo en el periódico La Jornada titulado, precisamente, El Titanic Mexicano. La coincidencia, en lugar de enfadarme o ser causa de molestia alguna, me ha complacido enormemente, por supuesto, porque indica que, primero: (metafóricamente) no soy el único que ha comparado a México como un enorme trasatlántico que se hunde.
Y, en segundo lugar, el excelente artículo de opinión del señor Camil no hace sino demostrar mi propia opinión, entonces y ahora, de que Mexico, efectivamente, es un gran Titanic que tiene que hundirse y morir tal y como es, para que surja Otro nuevo, y hecho --no de mamarrachos y cobardes asesinos--, sino de hombres leales y honestos que de verdad amen a su país.
Asimismo, la teoría de que México no es ningún pobre barquito es verdadera; es un enorme y rico mastodónte por el que vale la pena pelear y ofrecer todo. O lo que nos queda.
1 comentario:
No puedo estar más de acuerdo. Por algo te leo, vamos viendo si la gente se va dando cuenta del mastodonte que tiene enfrente.
Un abrazo
Publicar un comentario